Xi Jinping recibe a Mahmoud Abbas en Pekín en junio de 2023.

Xi Jinping recibe a Mahmoud Abbas en Pekín en junio de 2023. Thaer Ganaim EP

Oriente Próximo

La reconciliación de Fatah y Hamás pasa por Pekín: "Acordaron esforzarse por la unidad de Palestina"

Ambos grupos, aseguran desde China, acudieron a la reunión con la "voluntad política de lograr la reconciliación a través del diálogo". 

1 mayo, 2024 02:33

Mientras Egipto, figura central en la mediación del conflicto en Gaza, aguarda con expectación el regreso de Hamás a la mesa de negociaciones en El Cairo para responder a la propuesta de tregua presentada por Israel, se han desarrollado importantes movimientos diplomáticos fuera de la región. Representantes de Hamás, el grupo gobernante en la Franja, han mantenido un encuentro con sus contrapartes de Fatah (también conocido como al-Fatah) en Pekín, en un esfuerzo por explorar una posible reconciliación, según anunció el martes el Ministerio de Asuntos Exteriores chino. 

"Los representantes del Movimiento de Liberación Nacional Palestino y del Grupo de Resistencia Islámica llegaron a Pekín hace unos días para mantener un diálogo profundo y sincero", declaró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Lin Jian, en una rueda de prensa, aunque no especificó la fecha exacta de la reunión. Las dos facciones palestinas, añadió, expresaron plenamente su "voluntad política de lograr la reconciliación a través del diálogo y la consulta, discutieron muchos asuntos específicos y lograron avances positivos”. 

Asimismo, indicó Lin, “acordaron continuar con el curso de las conversaciones para lograr la realización de la solidaridad y la unidad palestinas en una fecha próxima”, señalando que ambas partes habían agradecido a Pekín sus esfuerzos para “promover la unidad interna palestina y llegaron a un acuerdo sobre la continuación del diálogo”. 

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China ha simpatizado históricamente con la causa palestina y ha sido un firme defensor de la solución de los dos estados. Desde el inicio de la contienda tras el atentado perpetrado por Hamás en territorio israelí, el presidente chino, Xi Jinping, ha pedido en numerosas ocasiones la celebración de una conferencia de paz internacional para resolver los enfrentamientos y ha solicitado varias veces un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza. 

La reunión se produce un mes después de que ambos grupos mantuvieran conversaciones similares en Moscú en marzo, donde junto a otras facciones palestinas debatieron la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, y los planes de gobierno para una eventual posguerra. También acordaron continuar con su diálogo para lograr la unidad nacional con la participación de todas las fuerzas palestinas dentro del marco de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), según informó DW

Ambos grupos han competido durante años para obtener el control de Palestina, sin embargo, el inicio de la ofensiva israelí en la Franja de Gaza tras los atentados del 7 de octubre ha provocado nuevas conversaciones sobre la reconciliación palestina. Las tensiones entre Fatah y Hamás han dominado la política palestina desde el año 2006, cuando el segundo ganó las últimas elecciones parlamentarias de la Autoridad Palestina al Consejo Legislativo Palestino, poniendo fin al dominio de Fatah. 

Las dos facciones se enzarzaron entonces en un breve (pero sangriento) conflicto armado tras los comicios y, tras un intento de gobierno de unidad nacional, Palestina ha estado dividida en dos. Hamás gobierna de facto en Gaza desde 2007 tras expulsar a su rival del enclave por su negativa a reconocer el resultado de los comicios, mientras que la Autoridad Palestina, dirigida por Fatah, gobierna en Cisjordania. 

Una división histórica 

Hamás fue fundado en Gaza en 1987 por un imán, el jeque Ahmed Yasin, y su ayudante Abdul Aziz al-Rantissi, poco después de que comenzara la primera Intifada, una revuelta violenta contra la ocupación israelí en la Franja y en Cisjordania que se extendió durante varios años. El movimiento surgió como la rama palestina de los Hermanos Musulmanes de Egipto y, al poco tiempo, creó un brazo militar, las Brigadas Izz al-Din al-Qassam, para llevar a cabo una lucha armada contra Israel con el objetivo de liberar la Palestina histórica. 

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Por su parte, Fatah, fundado en 1959 por el expresidente Yasser Arafat y otros activistas palestinos, es el mayor partido político palestino secular y la fuerza impulsora detrás de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) y la Autoridad Palestina. Si bien este grupo se enfrentó a Israel militarmente al principio, en los años 80, comenzó a tantear la vía diplomática que finalmente condujeron a los Acuerdos de Oslo de 1993 y a la propuesta de solución al conflicto a través del establecimiento de dos estados. Este acercamiento nunca agradó a Hamás. 

A diferencia de la OLP, Hamás no reconoce la condición de Estado de Israel, aunque acepta un Estado palestino con las fronteras anteriores a la guerra de los Seis Días de 1967. En dicha contienda, Israel aumentó considerablemente su territorio, al incorporar la mayor parte de los Altos del Golán, Cisjordania (incluyendo Jerusalén Oriental), la Franja de Gaza y la península del Sinaí. "No renunciaremos a ni un centímetro del suelo patrio palestino, sean cuales sean las presiones recientes y dure lo que dure la ocupación", declaró en 2017 Jaled Meshaal, líder político en el exilio de Hamás.

Tanto Hamás como Fatah buscan construir un solo Estado palestino, aunque sus visiones son muy diferentes. Mientras Fatah está abierto a negociar con los israelíes y a participar en foros internacionales, Hamás prefiere utilizar la vía armada para luchar contra la ocupación israelí de los territorios palestinos y crear un Estado islámico. Desde la guerra civil de 2007, estas diferencias han sido irreconciliables. 

“Es como una pareja que está a punto de divorciarse. La mitad del tiempo, hablan de reunirse, y la otra mitad, hablan de matarse el uno al otro”, explicó James Gelvin, catedrático de Historia Moderna de Oriente Próximo en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en una entrevista para la radio estadounidense NPR